Ella, la de los ojos grises y triste mirada

La mencioné en detalle sólo en uno de mis escritos, y de pasada en otros dos. Fue ello suficiente para despertar la curiosidad de varios de los lectores: Que qué ha sido de ella, Que si es de verdad o invento mío, Que si tiene marido fijo, Que si de verdad verdad ya no está tan buena como cuando la vi por primera vez. Pero qué mosco les habrá picado  a éstos. Muchos de mis lectores dicen, y lo digo sin modestia, que cuando me leen se sienten dentro del relato, pero no creo que sea para tanto. Cuando me referí a ella dije: Hace menos de un año la vi por primera vez. Era entonces una mujer hermosa, paisa a no dudarlo, con un cuerpo escultural, cabellos largos, elegante vestir y de ojos grises, brillantes y saltones. Pedía cuerda, como suelen decir. Hoy es una mujer flaca, con el cabello corto disparejo y maltratado, pobremente vestida, vende café en un termo, y ella misma se ofrece en alquiler para el goce ocasional. De aquella hermosa mujer sólo quedan los ojos grises, pero tristes”.

Alejandra -así la llamaré- nació en un pueblo de Antioquia. Fue traída a Santa Marta por su madre siendo aún muy niña. Estudió bachillerato en el Liceo Celedón, pero no alcanzó a terminar. Empezando el último año se retiró y viajó con una familia. Fue una decisión que tomó con arrojo, sin mirar atrás, que dio un vuelco a su vida, pues a partir de ese momento ella y sólo ella asumía la responsabilidad de sí misma.

La familia con que viajó Alejandra manejaban varios negocios, entre éstos el de lavandería y colocación de personal de servicio en hoteles: botones, camareras, meseras, ayudantes de cocina. Partió de Cartagena a bordo de un barco inmenso rumbo a Italia. No sabe cuantos días duró el viaje ni en qué ciudades hicieron escala, pues desde el momento en que subió las escaleras se mareó y vomitó hasta el alma; le atacaron los nervios y no hizo más que lloras hasta cuando los calmantes que le suministraron hicieron efecto. Durmió todo el recorrido. Arribaron de noche a Palermo.

Después de trabajar algún tiempo en varias ciudades italianas se trasladó  con la misma familia, en plan de trabajo, a Santa Lucia, Aruba y Curazao. En Curazao estableció una relación afectiva con un arquitecto poseedor de buenos recursos económicos que la mantuvo como toda una reina; con todo a pedir de boca. Pero desafortunadamente este señor se fue hundiendo cada día más en el licor y en las drogas, y lo que había sido para ella un verdadero paraíso se le estaba convirtiendo en un autentico infierno.

Empezó a ahorrar todo lo que podía y su estado desprevenido y relajado se tornó en un mar de nervios por temor a ser descubierta en su plan: dejarlo todo y abandonar la isla.

Fue así como después de un agitado recorrido existencial, conociendo mundo, Alejandra regresó a Santa Marta al lado de su madre, quien había organizado su vida de pareja.

Alejandra fue recibida con mucho afecto tanto por parte de su madre como por el que le ofreció desde un primer momento su padrastro. Con los recursos que trajo los proveyó de las cosas que hacían falta en casa, y sin reparo alguno aportó para todo lo que fuera necesario para mejorar las condiciones de vida de los tres. Pero los recursos de Alejandra se agotaron y fue ahí donde su presencia empezó a pesar. Como ella misma dice: “Cuando uno tiene los bolsillos llenos lo quieren y lo adoran, pero cuando ya no tiene nada le señalan la puerta abierta de la casa”. “Como ya no tengo nada tampoco tengo el amor de nadie, y como es muy desagradable pedir y que lo miren y traten a una como un perro, preferí abrirme y trabajar en lo sea”.

Alejandra no encontró en qué colocarse. Se ofreció como muchacha para servicio domestico pero las señoras no la miraban con buenos ojos, de pronto -dice ella- pensarían que les iba a quitar el marido, y suelta una carcajada que corta bruscamente, como si se le hubiera fugado de repente, pero que permite ver sus dientes manchados por el cigarrillo.

Con el apoyo de una conocida consiguió alojamiento en una pieza de alquiler, así como un termo y el contacto con una casa proveedora de café tinto. De esa menera comenzó esa nueva etapa de su vida.

Me sirve un tinto en vasito de plástico y enciende un cigarrillo al que le ha quitado el filtro. Suelta hacia arriba un cono de humo y me pregunta, seria y mirándome a los ojos: “¿Vamos a echá la jopiadita?”. Yo le contesto que eso sin amor no paga, y ella replica: “Qué va…  es una jopiadita de calidad… se le hace, se le hace, se le hace…  así así así así hasta que se llega a la intensidad y cada uno alcanza la satisfacción de lo que buscaba”.

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7 pensamientos en “Ella, la de los ojos grises y triste mirada

  1. El relato es excelente, tanto por la forma como por el drama profundo que da a conocer. ¿Cuántas personas con similar desgracia encima encontramos diariamente en nuestras ciudades? No tenemos tiempo para indagar sobre sus penurias. Una mirada desdeñosa basta para expresarles cierto rechazo. En el mejor de los casos, tal vez comprarle su mercancía nos permite creer que hemos hecho una obra de caridad.
    La sociedad es la culpable. Y entre todos conformamos esa indolente sociedad.

  2. Excelente relato Joaco. El realismo de tu forma de describir la historia nos agarra hasta el final. El capitalismo está destruyendo a pasos agigantados el bienestar físico y mental de la humanidad.
    Un abrazo.

  3. Muy pero muy triste, sería mejor que estas situaciones no sucedieran pero suceden y tenemos no solo que tomar conciencia sino actuar, el cómo es el que no sabemos o no tenemos el valor y la garra para hacerlo, un beso

  4. BUENO TU RELATO JOACO. Confirma tu garra para el buen escribir. Lastima no haber salvado a la victima de esa frecuente muestra de tragedia social. Pudiste haberlo hecho pero no entendiste el mensaje cifrado que llevaba su implorante propuesta y al abandonarla, tu calculada indiferencia la precipito de manera inexorable al fondo del abismo. Terrible omision de tu parte. Creo que se te debe declarar culpable y condenarte a la pena capital. Luego, que brille para ti la luz perpetua . Amen.

  5. JOACO:
    CRUDO, REALISTA, VERDADERO, DIRECTO TU COMENTARIO.
    LA PROTAGONISTA NO FIGURA EN LA LISTA DE LAS QUE TUVIERON RELACIONES AMISTOSAS CONMIGO.
    PERO SU DESCRIPCION SI COINCIDE CON VARIAS AMANTES VIRTUALES, QUE SON LAS QUE NOS QUEDAN CUANDO INGRESAMOS A LA PM.
    EL PROBLEMA SOCIAL PLANTEADO AMERITA PARA QUE LOS QUE YA NO PODEMOS DAR MALOS EJEMPLOS, HAGAMOS LA REFLEXION Y DEMOS LOS BUENOS CONSEJOS PARA SALVAR A LAS NÍNFULAS DE LA ACTUAL Y LAS NUEVAS GENERACIONES, ANTES QUE EL DESTINO NOS ALCANDE. LA CUESTION TIENE QUE VER CON LA FALTA DE EDUCACION EN VALORES Y LA CRISIS DE ESTOS.
    FELICITACIONES.
    ANIBAL

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