Santa Marta: agua, crisis y negocios de verano

Santa Marta tiene la magia de perderlo todo: el tren, las playas y ahora el agua

Parte de la economía samaria ha estado siempre dentro de ciertos parámetros, no muy claros para la academia y la historia, pues se mueve por senderos poco convencionales. Así fue en la colonia, después, ayer y hoy. Se mueven los negocios menos esperados y rentables que en un santiamén prosperan y, a veces, desaparecen sin dejar mucho rastro. Pero siempre con mucha prosperidad y rendimiento y tras ellos hay tanto sectores medios como encumbrados, ocultos en los otros o de frente. Harto de ello se hablo en el apogeo del mototaxismo.

Hace más de seis meses Santa Marta entró en crisis declarada de agua. A decir verdad siempre ha estado crítica en este servicio y sus respuestas de solución han sido las más mediocres y onerosas para la ciudadanía. Recordemos hace unos treinta años cuando por aumento de consumidores el agua perdió presión en las tuberías domésticas. La solución mágica que alivió a la dirigencia de ese problema fue la de que los usuarios construyeran por su cuenta albercas, instalaran tanques elevados y compraran motobombas. Tres vetas explotables y lucrativas para la economía local.

Hoy el agua no llega a las casa, o mejor decir no pasa por la tubería para que sea absorbida o jalada por motobomba, en algunos sectores. En cambio en otros llega en torrenciales chorros. No obstante la cacareada programación de contingencia de la Alcaldía y Metreoagua, que supuestamente garantizaba un suministro racional para todos.

A estas alturas del problema, donde no se vislumbran soluciones reales, lo resplandeciente en la ciudad es el negocio acuífero. No hay agua, pero los carrotanques cruzan calles y carreras ofreciendo (¿o será ofertando?) el contenido por $150.000; camiones pequeños provistos de recipientes con capacidad para un metro cubico, entre $25.000 y $40.000; carretas de tracción humana o de motocicletas con pimpinas de 20 litros a $1.000 cada una. Esto aparejado con la construcción de pozos en los patios de las casas, según se dice (será ésta la solución), de modo que los carricoches ofrecen agua “dulce” la extraída de la tubería y de la “otra” cuando es de pozo. Esta última además de su sabor salobre al hervirse precipita gránulos blancos quién sabe de qué. “Patrón, ¿no quiere agua?” dicen los pelaos, puerta a puerta, empujando su carreta con las pimpinas.

La solución que se ha escuchado es de uno o dos pozos que hace ya tiempo deberían estar lanzando agua, y como que aún no. Sobre obras que permitan el abastecimiento de los ríos de la Sierra, nada que se oiga nada. Mientras tanto, según dice un entendido, a menos de una hora de la ciudad los ríos Don Diego y Guachaca lanzan al mar 16 mil litros por segundo y a menos de 15 minutos el rio Toribio vierte más de mil litros por segundo.

Como consuelo y para recrearnos en lo mágico de nuestra querida Santa Marta, en un ejemplar del periódico El Estado del lunes 12 de abril de 1943 se lee en un titular: Hace tres cuartos de siglo que se habla del embalse del río Piedras y como subtítulo: “Por una ley del Estado Soberano del Magdalena se ordenó su ejecución desde el año de 1808”

¡Dios te salve ciudad dos veces santa, de tu perversa magia¡

6 pensamientos en “Santa Marta: agua, crisis y negocios de verano

  1. La verdad cantada y escrita quedo plasmada aquí, con elegancia y diplomacia se dijo la verdad.
    Pero falto decir que por ejemplo el actual gerente del monopolio rentistico de agua » potable» es un ex-alcalde, pero no solo eso, ya por la universidad Sergio Arboleda hay un pozo que hizo la alcaldía para que la monopolista empresa de agua la explote y se enriquezca mas.
    Los Samarios hemos labrado nuestro destino, nuestra indiferencia y arrogancia nos han a vivir en esta » ciudad » como si fuera el pueblo mas pobre y arruinado de Colombia, tanto que el desarrollo que tenemos es de particulares, la administración municipal ( mal se hace hablar de distrito) , no ha invertido un solo peso en infraestructura o seguridad, sin embargo si hubo dinero para instalar cámaras y contratar personal para imponer sanciones de tránsito. A todo lo dicho en tu escrito le sumo esto ultimo.
    Espero que tu escrito despierte conciencias no actuar en vías de hecho, sino para cambiar en las próximas elecciones populares a todo el mote de corrupción del concejo y alcaldía.

  2. Muy bueno, Joaco, tu comentario sobre el agua que hace falta en las casas de la vieja ciudad que te vió nacer. No se te olvide que Metroaguas está manejada por cachacos, los que mañana pueden regresar de donde vinieron y seguiremos en las mismas condiciones de desgobierno, digamos que falta de una verdadera planeación que garantice el servicio de agua para el futuro en toda el área del territorio distrital. Para citar algo al respecto, cuando vivía en Taganga, que siempre ha sufrido por este servicio, les sugería al los tagangueros en un cabildo abierto que se pidiera que la tubería que entra al poblado llegara al mismo nivel de Pesacito, sea que se hiciera un tunel, y así, se evitaría subir el liquido al cerro para llevarlo a una pequeña alberca y luego repatirlo por gravedad. No me prestaron atención los tagangueros, o no fuí lo suficientemente explícito. En esos entonces, los cachacos de Metroaguas no gustaban de la gente de Taganga. No creo que esa apreciación haya cambiado. Hasta ahora, viendo las protestas en otros lugares del territorio nacional, es que los samarios se enteran que se puede protestar para pedir un servicio de suministro de agua dulce domiciliario. Saber, que el Panaútico, sea la cárcel, fue la primera edificación en Santa Marta a la que llegó el agua del río Manzanares por dentro de un tubo de dos pulgadas. Eso fue a finales del siglo XIX. Las monjitas del hospital San Juan de Dios, al saber de esta solución, fueron al despacho del gobernador a rogarle: » Señor Gobernador Escobar, ¿cómo es posible que los presos gocen de este servicio tan bondadoso, y nosotras, que lidiamos con enfemos, que rezamos todos los días, tenemos que bandearnos con agua comprada? Al otro día, se hizo el pedido a una compañia americana que estaba en Cartagena perforando pozos para sacar agua para beber. Todo, para complacer a la caridad hospitalaria. Y los vecinos por donde pasaba la tubería, se fueron pegando para beneficiarse. No se te olvide, Joaco, que la Bocatoma que estaba por lo que es ahora la Avenida del Río, encauzaba las aguas a una azequia que metía el agua hasta cerca de tu casa.

  3. Y la solución se encuentra bien lejana, porque algo que faltó decir en tu interesante comentario, es que quienes vivimos en Edificaciones de varios pisos, debemos comprar cientos de carro tanques mensualmente para depositar el agua, o descargar ese líquido comprado, en las albercas que cada edificio tiene. De allí es bombeada a los tanques de las respectivas azoteas para que, por gravedad, ingrese a cada apartamento donde es medida (cobrada nuevamente) por cada uno de los contadores de agua, en el correspondiente recibo (factura), mensual que nos llega puntualmente. Es decir, que ahora, estamos pagando y repagando un pésimo servicio de acueducto porque, no me cabe la menor duda, de que funcionarios de Metroagua tiene metida la mano en el negocio de la venta de agua en los famosos carro-tanque que tu acertadamente mencionas. Atte, Roger Capmartin Retat

    • Joaquin, el problema de Santa Marta no es solo el agua sino estructuralmente el subdesarrollo casi absoluto que nos involucra a todos. Nuestros llamados dirigentes, la llamada ´´clase políitica´´, las intituciones publicas y privadas, nosotros todos, todos, pero por supuesto con mayor responsabilidad esos señorones y ahora señoronas también, andamos en este diario vivir como el viejito del bacalo de la emulsión de Scott, llevando a cuestas una pomposa ignorancia superada solamente por la codicia, además de una palpable falta de preparación empresarial y etica para gerenciar la región. Sabes algo?, estos escritos solo sirven para el desahogo porque en esta región no trascienden estos comentarios, además. No te extrañe que macartistamente te adjudiquen cualquier apelativo decalificador que le servirá de analgesico transitorio a los culpables. Siiii, todos los somos, claro que unos más que otros.Notoriamente más.

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