Esos pequeños pagos

Por aquello de que hay que mantener controlados los achaques de la prevejez, debí someterme a unos exámenes, los cuales no son practicados directamente por la EPS  sino por otra entidad adscrita, la que a su vez contrata con una tercera.

La orden expedida por la EPS contiene mi nombre, número de cédula, mi condición de cotizante, nivel salarial y los exámenes solicitados. Al presentar ésta a la entidad donde fui remitido la recepcionista me pidió que le regalara dos fotocopias de la cédula y una de la orden, lo cual me costó $500. Estas fotocopias son requeridas por la entidad adscrita para soportar la cuenta de cobro. Si está claro que soy afiliado de la EPS, porque así consta en la orden, ¿para qué dos fotocopias de la cédula que es un documento personal y valido para identificación, mas no para andar regando fotocopias por todas partes? y ¿por qué el usuario ha de asumir el costo de un duplicado de la orden con el cual soportarán la cuenta de cobro? Así, descaradamente, trasladan al usuario parte del costo del papeleo.

La entidad adscrita, cumplido el trámite anterior, me remitió a otra en la que habrían  de practicarme los exámenes o pruebas. Citan a todos a las ocho de la mañana para asignar turnos por orden de llegada y, como todos quieren ser el primero, empiezan a llegar desde las siete o antes de forma que a las ocho ya hay una montonera de gente apiñada a la entrada en espera de que abran. De ese modo el que ha de ser atendido a las once y media o más, porque fue de los últimos en llegar, tendrá que pasar toda la mañana sentado, si encuentra puesto, en la sala de espera frente a un televisor lluvioso soportando un aburrido programa cuando no una telenovela de lágrimas y suspiros.

Cuando llegué a la recepción, luego de que la niña encargada me localizara en una extensa lista y escribiera el número del turno encerrado en un círculo frente a mi nombre, me pidió que le regalara $300. Para qué es ese dinero, pregunté. La joven me contestó que es para las fotocopias del formulario donde van los resultados de los exámenes. De acuerdo a la clase y calidad de los formatos se deduce que éstos son producidos por una litografía a unos costos muy bajos, y no por fotocopias.

Ahora bien, si el formato es necesario para comunicar los resultados y éstos hacen partes de un todo, por qué han de cobrarlos por aparte y a cargo del paciente, si es de suponer que la EPS, en últimas, es la que paga por el servicio, así sea a través de la segunda entidad.

Por estas pruebas, de acuerdo con la orden, no debía pagar ni copago ni cuota moderadora, sin embargo he tenido que pagar $800, además de movilizarme, con su respectivo costo, a tres sitios: a la EPS, a la entidad adscrita, que hace de intermediaria, y a la tercera entidad donde realizan las pruebas.

Según pude observar, no menos de cuarenta personas acuden diariamente a esos exámenes debiendo cada una pagar los $300 para fotocopias del formulario, lo que suma $12.000. A la semana llega a $60.000 y al mes a $240.000. Lo que quiere decir que la mitad o más del salario de la recepcionista es pagada directamente por los usuarios. De igual forma, sin entrar en detalles, el negocio de fotocopias cercano a la entidad intermediaria, tiene garantizada una renta por fotocopias de cédulas y ordenes.

No es este el único caso. Algunas droguerías que suministran drogas por solicitud de las EPS piden a cada  usuario que les regale $100 para la fotocopia de algún papel.

Es enojoso y de mal gusto la mendicancia de esas entidades frente a los usuarios que no tienen por qué asumir esos pagos, los cuales deberían estar incluidos en los costos del servicio. Pero con toda seguridad son muchas las personas que dirán: “Huy, cuanta ridiculez, tanta mezquindad, ponerse en eso por simples $300 que ni enriquecen ni empobrecen a nadie”. Criterios éstos que son causa de grandes males que afectan a la población, porque, en primer lugar, el usuario no tiene por qué asumir directamente esos costos de papelería y, en segundo lugar, porque es un abuso, un atropello, un raponazo contra el usuario.

Ese parecer es propio de una cultura que menosprecia las pequeñas cantidades de dinero, que incluso no tiene moneda fraccionaria y que deviene de una estructura económica cimentada en gran parte en el contrabando y en el trafico de estupefacientes. Son expresiones de la misma: “Ve, no le paréis bolas a eso. Dejáa así, que aquí lo que hay es plata en la vida, nomejoñe”.

En contraste, hace algún tiempo, en uno de los almacenes Ley de esta ciudad entre la cajera, un policía y varios de los clientes casi linchan a un antropólogo antioqueño porque se negó a recibir dos cajitas de chicle por los vueltos o devueltas. Argumentaba él que el almacén tenía obligación de proveerse de dinero fraccionario para dar vueltos, que no lo podían obligar a recibir unos chicles que él no requería. “Ridículo, cursi, muerto de hambre…” le gritaban a este señor las demás personas que, irónicamente, se encontraban en las mismas condiciones que él.

Torre de papel samaria, el otro blog

5 pensamientos en “Esos pequeños pagos

  1. Que bueno que has mostrado una fracción del problema.
    Qué podemos decir de aquellos usuarios que durante años pagan a las EPS de manera puntual sus cuotas y no usan el servicio por gozar de buena salud y al momento de requerir de sus servicios, entonces, deben asumir costos por copago.
    Dónde fue a dar el dinero pagado durante años sin usar los servicios de sus EPS?
    Por qué no es acumulable una fracción o porcentaje de ese dinero si el servicio no se usa?
    Cuánto dinero por no uso del cliente acumulan la EPS y luego éste tiene que asumir copagos cuando cancelo de manera oportuna y no uso el servicio?
    Por qué ese pago a tiempo y no usado no se reintegra en forma de acumulado para futuros servicios del cliente?

    Son apenas unas inquietudes sobre este sistema perverso de salud…

  2. Hola Joaquín Antonio:
    Qué bueno que tocaras este tema que se ha vuelto reiterativo no sólo en las EPS, tambien en muchas entidades gubernamentales y hasta particulares.
    Hace poco fuí a una notaría a que me expidieran un certificado de supervivencia y me cobraron $500.oo por una fotocopia de mi cédula de ciudadanía. Me pareció un robo ese valor por una fotocopia y así lo dejé escrito en una queja que instauré al respecto.
    Así he visto como abusan de las personas en muchas entidades, pero algunas personas callan por no tener inconvenientes.

    Un Abrazo

    TITO

    • Callan no sólo para no tener incovenientes, sino que estamos tan adocenados y alienados ante 200 siglos de sutil opresión que a la gente le da verguenza reclamar por sus derechos. Por eso a los demás les parece ridículo cuando alguien reclama los vueltos (50,100, 200 pesos) en los bancos o almacenes de cadena, y como estamos entre vivos y facilistas los que se lucran son los cajeros (ellos y ellas •̯• )

  3. Mira Joaco:
    Estuve verificando con un familiar que trabaja con el Minsalud y efectivamente los únicos dineros que legalmente uno debe pagar por un servicio de salud es el conocido «copago» o la famosa «cuota moderadora». Fuera de esos dos conceptos, lo demas es ILEGAL y cualquier persona que los sufra, debe denunciarlo ante su EPS con copia a la Supersalud. Estos cobros ilegales de las IPS (que contratan con las EPS), a que tu te refieres en tu Nota, son «avionadas o avivatadas» de las IPS en contra de los usuarios de los servicios que ellas (las IPS) tienen «contratados» con las EPS para trasladarle al paciente parte de los costos de esos servicios que están obligados a prestar sin cobrarle un solo centavo adicional a los conceptos mencionados.
    Ojalá sirva de algo ésta orientación.
    Saludos,
    RCR

Replica a ED Cancelar la respuesta