Un espacio para la indignación

El Archivo Histórico: una vergüenza impresentable.

Por Armando Brugés Dávila.

En estos días he sentido dolor de patria al enterarme que el archivo histórico localizado en el antiguo Hospital San Juan de Dios se está botando a la basura por camionadas, a consecuencia del agua lluvia filtrada por los techos de sus instalaciones.

Recuerdo que en 1998 escribía con júbilo, en este mismo Hoy Diario, que la intelectualidad del Magdalena y especialmente la de Santa Marta, se encontraba feliz  con la noticia de la iniciación de lo que podría considerarse la obra cumbre de la Academia de Historia del Magdalena: la creación del Archivo Histórico.
Gracias al tesón y empeño del médico e historiador Arturo Bermúdez Bermúdez, en aquel entonces presidente de la Academia de Historia, dos entidades nacionales habían decidido hacer importantes aportes para ello: Colcultura con ocho millones y medio y el comité del V Centenario con dos millones y medio, para un total de once millones de pesos, ambos con la destinación específica de reparar y adecuar la antigua Escuela de Readaptación de Menores, local donde debería funcionar el Archivo Histórico y Regional del Magdalena, habida cuenta  que la documentación histórica existente en Colombia estaba considerada como la más importante en Hispanoamérica después de México, y que en lo que a nuestro interior  correspondía, la documentación del archivo histórico del Magdalena era considerado por los expertos como el más importante del país. Es más, por su planta física y riqueza documental, el Consejo Nacional de Archivos lo tenía  señalado como la futura sede del Archivo Histórico de la Costa. Pero, cuando todo era felicidad, se comenzó a filtrar un rumor que parecía no tener sentido: una entidad universitaria de carácter privado, a la que se le habían adjudicado dichas instalaciones, pero que en su momento, por razones que en su momento desconocimos, no quisieron asumir la responsabilidad, resultaba ahora reclamando dicho derecho no obstante haber finiquitado el tiempo para validar el comodato que se le había otorgado. Pero como en este país,  la política y el lobby pueden más que cualquier otra cosa, nos tocó salir de allí con todo. Sólo la estantería se salvó porque no había ingresado al edificio. El local fue cedido a la Universidad Sergio Arboleda y el Departamento perdió la posibilidad de contar con unas instalaciones adecuadas para que funcionara el Archivo Histórico del Magdalena Grande, considerado uno de los más valiosos del área del Caribe. Al parecer, a los administradores de la cosa pública magdalenense y mucho menos a la samaria, les cupo en la cabeza que un archivo de carácter histórico como el que poseía el Magdalena era un atractivo turístico y científico de primera línea tanto a nivel nacional como internacional.
Ahora resulta que cada minuto que pasa, ante la mirada oligofrénica de nuestros administradores públicos, cientos de documentos que recogían gran parte de nuestra experiencia como pueblo, se pierden por simple y llana incapacidad de estos chupasangres de la administración pública. El que fuera el más importante archivo histórico del Caribe esta reduciéndose, en tiempo record, a su más mínima expresión. Como población no podemos ser más infame con nosotros mismos, al permitir que esto suceda y sigamos votando por los mismos.

14 pensamientos en “Un espacio para la indignación

  1. Esto, muestra lo que somos como ciudad una partida de estupidos, por que queremos vivir engañados y ser ciegos de nuestra realidad, que estamos enterrados hasta el cuello y asi seguira la probre historia del Magdalena y Santa Marta.
    La historia se ha repetido en los casi 500 años de vida de esta Ciudad.

  2. Que pena, por tan infame acto de desidia e ignorancia de los responsables en salvaguardar el patrimonio cultural e histórico de nuestro pueblo.
    Cada pueblo merece su propio destino.

  3. No es la primera vez que se trata de esa manera la información guardada en la Samaria ciudad, pues ni de los datos resientes se puede acudir para investigar, mucho menos de aquellos ayeres ya remotos….¡que pena!

  4. Está ocurriendo lo mismo que sucedió en el año 2004 cuando a camionados se botaron los libros de la Biblioteca Departamental del Magdalena a la que la señora Anita Sánchez de Dávila le habìa entregado 35 años de su vida. En esa ocasón los libros fueron trasladados a los pastizales de la Universidad del Magdalena, y por orden de su rector -hoy alcalde- les metieron fuego como si se tratase de una inquisición. Y no pasó absolutamente nada. Nadie protestó. Comentaban los alumnos que cuando vieron el fuego sobre los libros empezaron a sacar los libros que aún se salvaban, y muchos se llevaron varios tomos de la Enciclopedia Británica. Sabemos que esa biblioteca tenía incluso libros Incunables, clasificados así por la Biblioteca Nacional de Colombia por tratarse de especímenes raros o muy escasos. Y todos los muebles, cuadros e inmensos sofás fueron repartidos entre las amistades de la administración de la universidad. Santa Marta sigue condenada.

  5. ¡Fuego al fuego para que siga ardiendo! Mi terruño, ciudad bobal que desde su levantamiento comenzó a arder y a levantarse para arder nuevamente mantiene en su memoria los genes del mismo fuego que la inicio. Ya está proxima, tan parecida a la del bus, a volver a arder. Lobo pollero no pierde la costumbre. Y ella, nido, acoge, sin miramientos a raimundo y a todo el mundo para que desde adentro quienes comiencen a comersela,engullirsela, sean sus propios hijos o aquellos amamantados, perra loba de Roma, ciudad perdida e incendiada por los Hunos y los otros, mientras hoy vive del temor y el miedo. Ciudad vociferante entre capturados medios, manchada en los papeles perdidos por la historia escondida desconocida, desde luego. Santamarta ni es santa ni es nombre de mujer non santa, es un sitio para la defecación continua de aquellos y estos, los que la esprimen desde todos los puntos y de aquellos, desde cuando los predadores extranjeros (europeos y usadenses) dejaron sus pestilentes excreciones para una estúpida burgesía preterita e insolente y los hilos de su telaraña familiar fueran adheridos a cualquier beneficio social y económio, pirrico, pero alimentico para perrearlo contra todos. Hoy todavía quedan secuelas en el vil negocio que ella misma, la putrefacta y nimia burgesía gentilicia, nominativa, alargó hacia ese hoy decadente grupo de apellidos que subsisten lampreados a los miseros denarios que extorcionan al más pendejo pueblo que lo ve pasar en sus flamantes narcos-vehiculos.

    ¡Y los bomberos – apaga fuegos – en manos de una obesa familia…!

  6. que tristeza y como lo dices que gran indignacion, mi abuelo debe estar en el cielo embuelto en rabia e impotencia, ante tanta estupidez que demuestran nuestros gobernantes, que ignorancia ver que no tienen el minimo interes , ni preocupacion por conservar nuestra historia,, conocer de donde venimos, que tristeza , deberian sentir verguenza y respetar un poco mas a nuestra patria y su historia que es tan importante

  7. Votar el archivo historico, es seguir escuchando y leyendo de los seudohistoriadores que hablan de la historia de Santa Marta mas mentiras.

  8. Infortunado final de un insustituible compendio que contiene la genuina memoria de nuestro pasado común, guardado y conservado en el Archivo Histórico del Magdalena, tradicionalmente reconocido y destacado internacionalmente como el segundo acervo histórico más importante en la Cuenca del Caribe Americano. Lamentablemente desaparecerá, producto quizás, de una extraña y equivocada inteligencia artificial, que se ha poseído en la mente de quienes utilizan el provecho o beneficio personal actual, para hacer tripas el respeto y la honradez, que debemos ofrecerle al Archivo Histórico del Magdalena.

  9. http://www.facebook.com/marvelmh Que ira se siente al leer esta trágica noticia, esto no es más que consecuencia de la mala semilla que se ha sembrado. Los samarios estan sumergidos en la ignorancia letal. Cuanto añoro que algún día se levante el pueblo de su funesto letargo y salgan verdaderos dirigentes con el espíritu y devoción de los paisas que aman su tierra y estan haciendo de ella la mejor esquina de suramérica. Samarios aprendamos de nuestros vecinos.

  10. Joaquín, un cariñoso saludo.
    Mi nombre de soltera es Alicia Marín Bermúdez. Tal vez no me recuerdes, pero yo desde mi tienrna infancia, cuando EL iRIS quedaba en el Variedades, era asidua compradora en él y me deleitaba con unos bizcochelos que Olimpia no se dónde conseguía.Los últimos años en que viví allá, era obligado recoger a mi mamá en Sn Francisco y entrar a comprar las panelitas de leche, ya tu despachabas
    Soy prima hermana de Arturo Bdez y en vida de él, cuando ya estaba imposibilitado, me enteré por Cristina de la suerte del Archivo. Moví y toqué cuanta puerta pude, le escribí a Ernesto Mc.Ausland que ofreció y nunca cumplió ayuda. me comuniqué con Mincultura, por último con la Academia de Historia de España, que fué la única que respondió. Los conecté con Cristina, pero a la larga todo quedó en nada.
    Duele por Santa Mta., duele por Colombia y duele por Arturo que gastó en ello tiempo, esfuerzo y su propio dinero. Pero eso somos los colombianos, en especial los samarios.
    Pensar que Arturo entronizó a su sobrino Arturo Bdez Correa en la academia y él no ha movido un dedo. Otros tantos como Ezequiel Linero, Rafael Martinez, José Rafael Davila, parece que eran miembros para eventos, pero no para defender esa obra…
    Eso, es un palpable ejemplo de lo que es la desidia imperante. Todos reclamamos derechos, pero cuántos cumplimos deberes?
    Un gran abrazo.
    Alicia

  11. Pingback: Más para la indignación | Torre de papel 1947

  12. Si a los que destruyen las imágenes ( iconos) cristianas para evitar caer en el habito de la idolatría, se les califica con el adjetivo de iconoclasta, ¿ con que adjetivo se podría calificar a estos irresponsables ?. En lo personal pienso: entre este acto que se denuncia y, la quema del palacio de justicia – verguenza de nuestra historia política -, la diferencia radica en la calificación del acto. El primeo es un acto incruento, mientras que el segundo se considero un acto cruento; ambos lograron un mismo objetivo, la desaparición de documentos.

  13. Ya casi llega el tsunami liberador. Llegará y arrasará con su furia marina todo lo que a su paso encuentre, rompiendo esa majestuosa ola contra cerro Kenedy, y volverá arrastrar todo lo que quede, para ver si al fin florecen nuevas generaciones sin contaminación alguna de las anteriores.

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